En plataformas como Bitcoin se conoce que detrás de todo ese mundo que el usuario considera sencillo existen infinidades de términos informáticos. Como Blockchain, que quiere decir “cadena de bloques”, la cual es una base de datos sobre las transacciones en Bitcoin compartida por todos los usuarios participantes.
Blockchain: ¿Qué es?
Las transacciones que aún no son válidas pasan a serlo cuando se incorporan en la cadena de bloques, luego se crean bloques encima de éste en el que está la transacción recién hecha. En pocas palabras, y como lo indica su nombre, un sistema de cadena de bloques.
Cada uno de estos bloques contiene un hash –código- del bloque anterior. Lo cual permite que la cadena exista. Iniciando desde el “bloque génesis” o el primero de la cadena, hasta el más actual. Todos estos se encuentran organizados cronológicamente.
Ahora, conociendo esta información, resulta difícil imaginar cómo o dónde es que este sistema de bloques existe, evidentemente, lo hace de una manera no física; como el internet, sabemos que está ahí y existe, pero no sabemos cómo luce o donde “está” exactamente. Para el caso de blockchain, se ha creado un explorador que permite no solo visualizar cómo este sistema luce, sino también cómo se escucha.
Estamos hablando de Symphony 2.0 y, a continuación, te mostramos todo lo que debes saber sobre este explorador que traduce este lenguaje digital en algo que el usuario puede comprender.
¿Qué es Symphony 2.0?

Sympony es un navegador topográfico en 3d de la blockchain de Bitcoin, el cual está constituido completamente con tecnología web. La experiencia de Symphony 2.0 consiste en la utilización de una técnica denominada síntesis aditiva, presentando un ambiente audiovisual del lenguaje del blockchain.
Se puede ver a este navegador como un explorador tridimensional a través del cual se puede recorrer el historial de la cadena de bloques de Bitcoin; desde la primera transacción hasta la más reciente.
Dentro de la red, al visitar un bloque, se produce un sonido único en tiempo real al mismo tiempo que se puede explorar la topografía del mismo, a través de una experiencia de realidad virtual móvil y de gama alta.
El sonido que cada bloque produce es debido a que cada transacción origina ocho ondas sinusoidales -un tono fundamental y siete armónicos- y el tono fundamental se determina por el valor de esta transacción. Cada bloque tiene su propio paisaje sonoro en vivo o “firma de audio”, mediante el uso de síntesis de sonido basada en datos.
Además de la calidad visual, la sonora supera las expectativas, pues se generan a partir de franjas de datos de transacciones, utilizando una unidad de procesamiento de gráficos (GPU, por sus siglas en inglés), para crear estos sonidos en tiempo real.
Esta tecnología parece ser muy novedosa y futurista, a pesar de que se utilice mediante la realidad virtual, que no corresponde una novedad actualmente. Y es que esta nueva forma de ver el blockchain tiene, relativamente, poco tiempo.
¿Cómo se originó?
IOHK es la compañía de tecnología que se encarga del desarrollo de Symphony desde 2015, y se caracteriza, según su descripción propia, por “innovar e investigar en relación con la tecnología descentralizada peer-to-peer”.
El 8 julio de este año IOHK anunció el lanzamiento de Symphony 2.0, explorador interactivo, partiendo de la noción de que la tecnología detrás del blockchain también puede considerarse arte; el líder corporativo de este proyecto –llamado Scott Darby- junto con su equipo, se enfrentaron al reto de “explicar lo abstracto y darle forma a lo que no tiene forma”. Todo esto originándose con la pregunta: “¿Cómo representar la tecnología asociada al blockchain de manera estimulante y audiovisualmente atractiva, para una mayor audiencia?”.
Para saber más: IOHK indica que soporta los proyectos de Cardano, Ethereum Classic y Dédalo, siendo este último un proyecto de cartera para gestionar la criptomoneda de Cardano.
Está claro que Symphony va más allá en todos los sentidos, sería apropiado conocer cómo funciona todo el proceso detrás de esta maravilla tanto visual como auditiva, que tiene un concepto tan técnico como las cadenas de bloques de Bitcoin.
¿Cómo funciona?

Al considerar Bitcoin como un ecosistema viviente, Symphony retrata esto a través de su mundo en constante cambio. A nivel funcional, el explorador le presenta al usuario el recorrido del historial topográfico de las transacciones de Bitcoin, ofreciendo perspectivas de la mempool (siendo esta una memoria temporal intermedia en donde se almacenan momentáneamente las transacciones aún no confirmadas de los usuarios).
Las transacciones reales pasan de un lado a otro desde los bloques hasta el mempool, y de ahí al historial cuando éstas son confirmadas, ya que el libro de transacciones mantiene su estado de equilibrio. El usuario puede, además, visitar cada bloque de su historial de transacciones, de las más lejanas (o antiguas) a las más recientes. El estado de esta red se vuelve “real” de manera visual y auditiva a medida que los usuarios luchan para enviar tarifas más altas con sus transacciones.
Para la utilización óptima de esta tecnología, se demandan ciertos requisitos como, por ejemplo, tener incorporada una buena tarjeta gráfica al computador, así como una computadora de alto rendimiento. Tecnología de punta reclama tecnología de punta. Sin embargo, esto no significa que aquellos usuarios que no cumplan con lo anterior no puedan disfrutar de Symphony, solo que los equipos menos potentes podrán proyectar la experiencia en una calidad inferior.
Asimismo, esto representa un avance con respecto al entendimiento de la red que sustenta Bitcoin (independientemente de quien haya sido la idea); pues con Symphony 2.0 cualquier usuario puede visualizar sus transacciones y, de esta forma, entender más sobre cómo funciona este almacenamiento que no se parece mucho al del dinero convencional. Con este explorador, Bitcoin aumenta su transparencia, pues se muestra tal y como es ante cualquier usuario.
Adicional a esta transparencia, la blockchain se muestra de una manera atractiva para el usuario, y no como un código inentendible para los no conocedores. Lo cual representa un punto positivo al momento del aumento de confianza, pues esto lo hace más entendible para el usuario promedio.